Creer

Tocan a la puerta, es de madrugada, tocan: dos veces tenuemente, como sin intenciones de interrumpir, es marzo  y es verano. Pudiera ser un murciélago con problemas de radar que se ha estrellado contra la madera, pero, ¿dos veces?; es marzo y en este mes ocurren cosas raras, eventos infaustos, hechos que no menciono tratando infructuosamente de borrarlos de mi mente enferma. Honestamente no creo que los fantasmas usen calendarios, o para ser mas preciso, no creo que los calendarios puedan caer en manos de un fantasma porque estoy convencido de que estos no existen, no creo que sea una mano muerta que toca a mi puerta,- Toc – toc – dos veces, ¡que extraño! me aterroriza abrir y que sea una mano viva, una perversa mano ladrona o emisaria de algún enemigo o autoridad enfurecida por mis comentarios públicos sobre el gobierno. Han tocado la puerta y me han despertado, he preguntado “¿quien es?” y nadie ha respondido, entonces, dimito en mi intención de abrir, no puedo creer en lo que no creo, intento dormir y pasa lo mismo que cuando quiero olvidar, igual que cuando quiero llorar, igual que cuando me niego a creer.