Tributo a Luis López Boyer “Chipilo”

Cuando la vida es corta pueden acudir a tu mente grandes visiones, pero solo si en tu perímetro consigues instigadores del triunfo. Conocí a uno de esos, un hombre incansable en la tarea de forjar seres victoriosos e imperturbables ante el fracaso o la dimisión. 

El estado de orden temporario a anímico no era obstáculo para sus motivaciones; el trabajo no era más que un simple pretexto para realizar modificaciones trascendentales en esas regiones inexplotadas de la mente humana, que en el transcurrir del tiempo, dotaran a la personalidad de un estigma redentor e irreverente que algunas denominan: suerte. 

Éramos rapaces en un entorno voraz, inclemente y felón, donde las bajas pasiones pretendían eclipsar el sol de la prosperidad, flanqueados por los azotes del barrio y autoridades perversamente prejuiciadas el único camino posible era andar de frente, con valentía o sin ella. 

Todos los hombres nacen con la esencia de pensamiento neutro, lo pigmentan en el inexorable camino a la muerte. La fortuna de contar con alguien,capaz de reforzar las columnas de la autoestima en el momento justo, hace la diferencia entre el bueno y el malo. El deporte suele verse como un juego, en nuestro caso fue el agente catalizador de virtudes, dado que en algunos, apresuró el tímido proceso de madurez y contuvo el vuelo prematuro en espacios peligrosos en otros, permitiendo un equilibrio necesario para una masa que tiene el deber de maniobrar como equipo, en su deseo de captar una porción de consideración en el entramado social; planear una estrategia de juego, llevarla a cabo y enfrentarte a un oponente, tiene su instante sublime, aun obteniendo un resultado en contra.

En las canchas aprendimos a perseguir los sueños, cumpliendo con honestidad un conjunto de reglas y bajo la tutela o custodia de una especie de semidiós, sabio y justo a quien cariñosamente llamábamos “Chipilo”, de esa forma en nuestros subconscientes se forjaron los fierros de la responsabilidad, para insertarnos como ganadores en un complejo y poderoso universo donde las libertades proscritas, retornan bajo la mirada acuciosa de especímenes de dimensiones extraordinarias, a fin de preservar la integridad y fortalezas de intrépidos rapaces.